
Me vinculé a los programas sociales de VASED porque estoy convencido de que su misión es crucial para construir un mundo mejor.
Mi aspiración era —y sigue siendo— contribuir de alguna manera a una transformación positiva y con impacto en nuestra sociedad.
A menudo creemos que se necesita mucho dinero para aportar a una causa, pero el voluntariado es una forma poderosa de compartir y apoyar. Nuestro conocimiento, tiempo y dedicación pueden ser claves para hacer realidad un objetivo fundamental: brindar oportunidades a niños, jóvenes y adultos para su desarrollo personal y profesional.
Nuestra disposición, experiencia y visión representan valores incalculables para llevar adelante los proyectos que promueve la Fundación. Los campos de acción son diversos, pero yo encontré en la temática STEAM (Ciencia, Tecnología, Educación, Artes y Matemáticas) una vía para dar esperanza, motivar, fortalecer habilidades, fomentar el pensamiento crítico y científico, y aprender enseñando.
Es muy satisfactorio para mí no haberme quedado solo en el deseo de reducir en algún grado la desigualdad y la miseria que aún persisten, sino de haber pasado a la acción y haber aportado mi granito de arena para que las nuevas generaciones puedan imaginar un futuro con más prosperidad y bienestar.
Dicen que los voluntarios somos egoístas porque buscamos sentirnos bien con nosotros mismos. Si eso es cierto, entonces vale la pena: porque si nuestro trabajo también logra que otros se sientan mejor, que descubran nuevas posibilidades, que abran sus mentes a su propia potencialidad y que se animen a seguir creciendo, entonces ese “egoísmo” se transforma en un acto profundamente humano donde todos ganamos.
Elías Almanza Ramírez
Voluntario Líder de proyecto